El Gran Hotel Suances ****, ubicado a escasos 400 metros de la playa y reinaugurado sobre un edificio de estilo victoriano que combina el estilo arquitectónico de los palacios señoriales con unas instalaciones actuales y modernas, ha sido testigo mudo de la historia de Suances desde su construcción. Suances ha sido desde la Prehistoria un enclave de especial interés por su privilegiada ubicación y por su estuario rico en recursos naturales. Sin ir más lejos, hay constancia de presencia humana desde el Paleolítico inferior hace más de 100.000 años.
En este sentido, podemos destacar el hallazgo de un taller de sílex en la playa de Los Locos y que la cueva de las Brujas, situada en la Gerra, conserva a día de hoy manifestaciones de arte rupestre realizadas con la técnica denominada Macarroni, que consistía en deslizar la yema de los dedos sobre la arcilla fresca de paredes y techos de la cueva.
El yacimiento de El Castro de Hinojedo, descubierto recientemente, ha puesto al descubierto un asentamiento humano al aire libre que se ha consolidado como una de las principales y mejores fuentes de información sobre el Calcolítico regional, de hace 4.000 años. A la Edad de Bronce (3.000 años) nos retrotrae el descubrimiento del puñal de Hinojedo, con su mango de lengüeta con remaches. El Castro de la Masera, por su parte, nos confirma la presencia humana en Suances durante la Edad de Hierro (2.500 – 2.000 años). Aquí se han hallado cerámicas hechas a manos y en un torno, lo que atestigua su fabricación a tiempos próximos a la romanización.
Continuando con nuestro viaje a través de la historia podemos decir que la villa marinera Suances está considerada como el antiguo “Portus Blendium” de los romanos. O, lo que es lo mismo, el final de la calzada romana que, según los expertos, unía la meseta con la costa, recorriendo la parte norte de Palencia para descender por la cuenca del Besaya, donde se asentaron los llamados Blendios, hasta llegar al Cantábrico. Así, sería el puerto de Suances el lugar en el que por entonces desembarcaban las tropas aquitanas que lucharon en las guerras cántabras y el lugar donde embarcaba el mineral extraído de las minas cercanas de Reocín y Mercadal. Según los diferentes hallazgos arqueológicos realizados, el antiguo puerto se ubicaría en la zona conocida como “El Esquilar”, junto al barrio de Santiuste.
En la Alta Edad Media, el municipio de Suances pertenecía administrativamente al valle de Marina, uno de los que componían la Merindad de las Asturias de Santillana. El documento más antiguo de la época tiene fecha de 28 de marzo del año 870 y hace referencia a una villa que por entonces llamaban “Suancies”. Hay abundante documentación sobre una intensa actividad pesquera durante todo el siglo XII. Al siglo anterior, el XI, corresponden las ruinas encontradas en Cortiguera, que, se piensa, pertenecen a la antigua iglesia de Santo Domingo de la Barquería, del año 1.078 y junto a la que apareció también una necrópolis medieval.
Ya en la Baja Edad Media, Suances se vinculó a la poderosa familia de la Vega, que comprendió que la ubicación de esta entrada marítima resultaba perfecta para expansión y mantenimiento de su feudo, ya que era la desembocadura de la ría que comunicaba la costa y la meseta. De ahí que protagonizara un enfrentamiento económico con la villa de Santander relacionado con el control del puerto de Suances. Ésta fue la causa que propició la construcción, a principios del siglo XV, de la hoy desaparecida torre señorial de San Martín de la Arena.
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A partir del siglo XVI, y sobre todo en los siglos XVII y XVIII, el puerto alcanzará su máximo esplendor. Y fue en el siglo XIX cuando se comenzó a instaurar la moda de bañarse en las playas, lo que convirtió a las playas de Suances en un reclamo turístico que atrajo a numerosos visitantes que comenzaron a construir las primeras viviendas y villas de recreo en el municipio. A mediados del siglo XX, Suances ya era uno de los destinos preferidos de todos los que visitan el norte de la Península.